Comencé mi vuelta al sol despertando con mi par y unas mañanitas de fondo… ¿Qué mas puedo pedirle a la vida?

Planee un cumpleaños lleno de sorpresas, realicé un ritual para olvidarme de todo lo que ocurre ahorita en el mundo y para consentirme limpiando todo los pensamientos que me quitan la paz, procedí con una lista de cosas bonitas que quiero en mi vida y al hacer consiente a mi inconsciente me bañe de agua de toronja y naranja (literal, la tienes que dejar preparada un día antes) soltando todo lo que no quiero en mi vida y decretando lo que sí. Y así me di cuenta de lo afortunada que soy, decidí seguir mi día agradeciendo a Dios por tener a mi familia, mi hogar, mi jardín, mi huerto, mi taller, mi tejido, mis amigas, mis bailes, salud y todo lo que me hace feliz y me da tranquilidad en estos 33 años que comienzo.

Se que lo que estamos viviendo este 2020 nos llegó de sorpresa a todos una manera de volvernos más humanas, de valorar lo esencial, de vivir el aquí y el ahora. Todo va a estar bien, me ayuda mucho el ocupar mi mente en diseñar nuevos vestidos y en estar tejiendo cuadritos. Tenemos que tener salud mental, cada quien busque de que manera la puede encontrar: bailen, conéctense con la naturaleza, disfruten a la familia, jueguen con sus hijos, vuélvanse niños, cocinen, recen, mediten, tómense una buena copa de tinto, y lo mejor acompáñense de amor siempre mundo.